El mago Piticó
Piticó estaba aprendiendo a ser mago. Sin embargo, cada vez que decía una frase mágica se equivocaba en algo y le salía el truco al revés.
Cuando quería dos huevos para desayunar recitaba “Patatín, patatán ¡Quiero huevos para desayunar!” y a veces aparecían muchos, a veces aparecían pocos y a veces eran de chocolate y se los tenía que comer de postre.
Un día se encontraba ante un gran problema: había una fiesta de magos y tenía una túnica nueva para vestirse. Era verde con grandes estrellas amarillas y se completaba con un sombrero de pico rojo decorado con estrellas pequeñas azules y amarillas, y unos zapatones color mar.
Sin embargo el traje no estaba completo, necesitaba 8 botones de colores, así que decidió inventar un truco de magia:
- Patatín, patatán ¡8 bombones quiero ya! – Y aparecieron 8 bombones bien ricos en su cocina.
- Vaya, ¡ya me he vuelto a equivocar! No quiero bombones, quiero BOTONES. Está bien, empezaré de nuevo
- Patatín, patatán ¡caracoles quiero ya!
¿Sabéis lo que pasó? ¡Su casa se llenó de caracoles! Unos dormían, otros sacaban los cuernos y se preguntaban “¿Qué hago en una casa en vez de en el campo?”
Piticó estaba muy triste sin sus 8 botones no podría ir a la fiesta con su traje nuevo, por eso lo volvió a intentar:
- Patatín, patatán, botones, ¡muchos botones quiero ya!
¡Ay lo que pasó! Cuando pronunció ese hechizo mágico, la casa se llenó con tantos botones que se salían por la puerta, las ventanas y hasta por la chimenea.
- Patatín, patatán ¡Que todos los botones desaparezcan ya! – dijo rápidamente.
El pobre mago Piticó lloraba desconsolado, nunca lo lograría a no ser… ¿Y vosotros niños y niñas? ¿Podéis ayudarle a conseguir sus 8 botones? ¿Cuál es el hechizo que debe pronunciar? Ayudadle a ir a la fiesta y una gran sorpresa un día de estos os dará.
María Montero. Publicado en marzo de 2008 en Maestra Infantil
Un saludo muy fuerte para toda la gente que conocí en La Aljorra. Especialmente para mis compis del coche
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