Vivía en un coche azul que estaba en Murcia, al lado del médico.
Cuando entró en el centro de salud, el médico se asustó un poquito, le fue a echar una foto al zombi Adrián y éste se asustó al ver la luz del flash de la cámara de fotos; así que el médico se empezó a reír y se le pasó el susto.
Al salir del médico, se fue a ver a sus 4 amigos monstruos. Todos eran azules menos uno que era rosa.
Cuando se juntaron, se fueron al coche de Adrián a comer tortitas de queso y chocolate.
Juntos se fueron a celebrar Halloween con tarta, y estaban muy contentos porque había música, juegos para pintarse la cara, piscina con toboganes y colchonetas.
Además, como estaban todos disfrazados de monstruos, ellos se camuflaron y pudieron jugar.
COLORÍN COLORETE, POR LA CHIMENEA SALE ¡UN COHETE!
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