martes, 12 de marzo de 2013

Y después qué?


 Las hadas habían dejado a La Bella Durmiente casada con el príncipe y se fueron a otro castillo, en el que vivía...
  Cenicienta y las hadas se hicieron amigas y normalmente merendaban y jugaban juntas. Un día Cenicienta se tuvo que ir a Australia y las hadas se quedaron.
 Se lo dijeron a Aurora para intentar descubrir la manera de que Cenicienta volviera. Pensaron en ir a buscarla a Australia para decirle que se habían inventado un juego de diseñar coronas de papel y por eso tenía q volver.

 Cogieron un coche para ir y las hadas la encontraron en la fuente mayor viéndose la cara... ¡se había convertido em estatua! Una bruja la había convertido con una varita mágica y la bruja se convirtió en Cenicienta, después la empujó a la fuente y la estatua se rompió.
  Las hadas lo vieron todo por una bola mágica, así qe hablaron con Aurora para que enfadara a la bruja. La enfadó tanto que consiguió que tirara la varita al suelo.
 La varita se rompió, la bruja se convirtió en bruja otra vez, Cenicienta volvió a convertirse en princesa y las hadas le contaron su idea.
 A cenicienta le encantó la idea, volvieron a su castillo y se dedicaron, desde ese día, a hacer coronas divinas de la muerte.

                                     

2 comentarios:

  1. Preciosa historia y estupendas coronas...una buena manera de cambiar y vivieron felices y comieron perdices...

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    1. Gracias por tus palabras Vicen. La verdad escque todos deberíamos intentar dar la vuelta a lo de siempre y probar cosas nuevas... A veces sale tan bien como este cuento :-)

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